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Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud, hay más de 50 millones de personas con demencia en el mundo, y en la mayoría de los casos, se trata de la enfermedad de Alzheimer. Si no se encuentra un tratamiento efectivo, se prevé que en el 2050 el total de afectados se triplique, llegando a niveles epidémicos. Se calcula que en estos momentos, el 10 % de los mayores de 65 años y un tercio de las personas que tienen 85 años o más padecen algún tipo de demencia.
La importancia de una vida sana
La salud cardiovascular está estrechamente relacionada con el control de ciertas condiciones médicas, como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol, el tabaquismo o el sobrepeso. Además, la comunidad científica insiste cada vez más en que un corazón sano repercute positivamente en la salud cerebral. Por este motivo, cuidando estos factores de riesgo que ponen en peligro nuestra salud cardiovascular, estaremos también protegiendo nuestro cerebro.
Tampoco debemos descuidar nuestro estilo de vida. Como explica la doctora Leticia Pérez del Tío, neuropsicóloga del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca, "realizar ejercicios aeróbicos, de contraresistencia y taichí", mejoran no solo nuestra salud cardiovascular sino cerebral. Evitar el aislamiento social y estar activo mentalmente son aspectos que también contribuyen a que el cerebro sea más resistente ante determinadas enfermedades.
Origen multifactorial
Como explica el doctor José Luis Molinuevo, director científico del Programa de Prevención del Alzheimer que impulsa la Fundación Pasqual Maragall, "hoy en día podemos afirmar que cada vez hay más evidencias científicas que apuntan que la posibilidad de sufrir demencia aumenta o disminuye en función de la combinación de diferentes factores de riesgo”. Además de los llamados "modificables", mencionados en el apartado anterior, existen otros relacionados con la edad y la genética que no podemos evitar.
Como explican desde la Fundación Pasqual Maragall, el factor de riesgo principal para sufrir demencia es el envejecimiento. Esto no significa que la demencia sea una consecuencia inevitable de hacerse mayor, pero sí que la suma de años aumenta la probabilidad de desarrollarla. Respecto a la genética, solo en un 1 % de los casos se puede atribuir su causa al hecho de ser portador de un determinado gen. En el resto de los casos, su origen es multifactorial, de ahí la importancia de conocer cuáles son los factores que pueden contribuir y en los que podemos incidir (hipertensión, diabetes, obesidad, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares).
Nuevos avances
La investigación en la enfermedad del Alzheimer ha vivido, en estas últimas décadas, un auténtico cambio de modelo, con la constatación de la existencia de una fase preclínica, que se inicia de manera silenciosa entre 15 y 20 años antes de la manifestación de sus primeros síntomas clínicos. “Esto explica que muchos de los ensayos clínicos realizados hasta la fecha hayan fracasado, ya que se ha actuado en pacientes en los cuales la enfermedad ya tenía un largo recorrido”, concluye el doctor Jordi Camí, director de la Fundación Pasqual Maragall.
Son muchas las variables que entran en juego ante la posibilidad de sufrir una demencia.
La prevención
Es un aspecto clave de la lucha contra el alzhéimer. De ahí que investigar la fase preclínica sea fundamental para conocer cómo se inicia la enfermedad y cómo evoluciona para poder desarrollar estrategias y tratamientos de prevención. Con esta finalidad, la Fundación Pasqual Maragall puso en marcha el Estudio Alfa, un proyecto concebido como una infraestructura de investigación para identificar factores de riesgo e indicadores biológicos que podrían incidir en el desarrollo de la enfermedad. En este estudio participan más de 2.700 voluntarios sanos y cuenta con el apoyo de la Fundación “la Caixa”.
Un estudio pionero
La nueva Unidad de Investigación Clínica en Prevención de la Demencia, impulsada por el Barcelonabeta Brain Research Center (BBRC), el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, estudiará además el riesgo de desarrollar demencia a 5
años vista en personas con quejas subjetivas de memoria y la base biológica de ese riesgo.
Este plan contará con consejos de prevención primaria para reducir los factores de riesgo modificables de la enfermedad, y con la posibilidad de participar en estudios específicos de detección y prevención de la enfermedad de Alzheimer. El estudio, que tiene
una duración de 3 años, necesita incorporar a 400 voluntarios de entre 60 y 80 años, que estén experimentando una disminución de la memoria o de otras capacidades cognitivas, pero que no hayan sido diagnosticadas de alzhéimer.
“La participación en este estudio es una contribución inestimable para progresar en el descubrimiento científico de formas efectivas para prevenir o retrasar la demencia”, afirma el doctor José Luis Molinuevo.
Para poder participar en este estudio, hay que tener de 60 a 80 años y no haber sido diagnosticado con ningún tipo de demencia ni enfermedad importante. Los interesados pueden informarse en www.prevenciondemencia.org y rellenar un breve cuestionario. Los seleccionados serán visitados por un neurólogo en Barcelona y se les realizarán una serie de pruebas cognitivas para calcular el porcentaje de riesgo estimado de sufrir demencia en los próximos cinco años.
El APOE-E4
Se trata del nombre del gen que confiere el riesgo (genético) más elevado de sufrir la enfermedad de Alzheimer, según un estudio mundial de neuroimagen realizado en personas sanas portadoras del gen y elaborado por el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, con el impulso de la Fundación ”la Caixa”. "Las diferencias morfológicas que hemos detectado están relacionadas con la enfermedad de Alzheimer, ya que se presentan en áreas cerebrales como el hipocampo, que es la primera
en sufrir la neurodegeneración", destaca el doctor Juan Domingo Gispert, jefe de investigación del Barcelonabeta.
El 99 % de los casos de Alzhéimer tienen un origen multifactorial. Solo un 1% se atribuye a ser portador de un determinado gen.
LETICIA PÉREZ DEL TÍO
Neuropsicóloga del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca.
"Según un artículo publicado en la revista científica The Lancet Neurology sobre la prevención de la enfermedad del Alzheimer, un tercio de los casos en todo el mundo podrían ser atribuibles a factores de riesgo potencialmente modificables.
Además, su incidencia podría reducirse mediante un mejor acceso a la educación y la implementación de métodos efectivos para reducir los factores de riesgo vascular (inactividad física, tabaquismo, hipertensión, obesidad y diabetes) y depresión".